ANA CORINA FERNANDEZ ALATORRE |
Nombre: Ana Corina Fernandez Alatorre
Ocupación: Maestra UPN, UNAM, Investigadora, asesora de distintos organismos, nacionales e internacionales sobre formación ciudadana.
Yo no me acerque a la lectura, la lectura vino mucho después por que antes llegó el juego con la escritura; mi familia venía de muchas guerras tratando de sobrevivir, entonces no había muchos libros en casa. Cuando se huye, los libros pesan mucho. Y había pocos. Había uno de Rabelais con ilustraciones. Había otro de literatura inglesa con poetas ingleses. Para mí no significaba mucho pero sí recuerdo haber visto las imágenes de una colección del abuelo del National geografic. Ahí tuve la primera imagen de otra forma de ser mexicano. El primer indígena que vi fue en una imagen del National geografic.
Mi primer acercamiento con la lectura fue físicamente doloroso. Mi mamá era directora de una escuela bilingüe y yo tenía que demostrar antes que los otros que yo sabía leer en inglés y en español a los 4 años. Y toda la angustia de mi madre por perder el trabajo estaba en mi cabecita, cada vez que me equivocaba había cocotazos, lo que más dolía, ahora lo sé, era el miedo que tenía mi mama y con ese miedo me pegaba en la cabeza. Entonces, entre que no había libros, y que leer era algo doloroso y angustiante la lectura no llegó así de agradable.
Mi familia había vivido en varios países, mi padre había sido combatiente y lo que tenían era mucho que contar, muchas anécdotas, algunas chistosas; otras de enseñanza de sobrevivencia, otras de hambre, otras de miedo, y otras terribles. Lo que yo escuchaba eran historias. Veía a mi padre una vez por semana y me contaba historias que él inventaba y esas historias podrían durar semanas. Había un ogro, por ejemplo, que iba cavando un pozo y cada vez se encontraba un mundo y era un mundo que contar cada semana. Ese tipo de historia tienen que ver, creo, con su condición de tras terrado, era refugiado español. Quería cavar su pozo y ver si por ahí llegaba a España, que sé yo.
Entonces, primero fueron las historias y la lectura. Muy chiquita inventé mi alfabeto, hacia cuadernitos con historias escritas con ese alfabeto y las vendía. Terminé haciendo libros para niños y además soy de la generación de los cuentos por la radio y los comics.
Creo que la lectura no está separada de la vida y cada quien la asume de distintas manera. Hay distintos tipos de lectura en uno mismo: hay una lectura que se hace para nosotros y hay una lectura que se hace para uno mismo; hay una lectura que se hace para inventar mundos porque cuando uno lee una cosa es lo que escribe el autor y otra cosa los mundos que se crean cuando uno lee; y hay una lectura para reparar heridas y otra para construir y otra para descubrir y hay mas, muchas más. A mí me sirve la lectura para reparar, para construir, para sentir, para entender, para perdonar, para seguir viva
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